Si hay un personaje que se ha convertido en sinónimo de la complejidad y la ambigüedad en el cine de terror contemporáneo, ese es Thomasin de la película La Bruja (2015) de Robert Eggers. Este personaje, interpretado con maestría por la actriz Anya Taylor-Joy, es el epicentro de una historia que se mueve entre lo sobrenatural y lo profundamente humano. En Puñalada.com, desentrañaremos las capas que componen a Thomasin, su evolución a lo largo de la película, y cómo su personaje se conecta con temas universales y arquetipos culturales.
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Anya Taylor-Joy: La Actriz que Dio Vida a Thomasin
Anya Taylor-Joy, la actriz argentina-británica que encarna a Thomasin, aporta un matiz de vulnerabilidad y fortaleza a su personaje que es difícil de olvidar. Taylor-Joy ha comentado en diversas entrevistas cómo se preparó para el papel, estudiando la época y entendiendo las dinámicas de poder y género que afectarían a su personaje. Su rendimiento es un ejemplo estelar de cómo una actriz puede sumergirse en un papel hasta hacerlo completamente suyo.
Un Contexto de Incertidumbre: La Nueva Inglaterra del Siglo XVII
Nuevamente, para entender a Thomasin es crucial tener en cuenta el contexto en el que vive. El siglo XVII en Nueva Inglaterra fue una época de puritanismo estricto, donde los roles de género estaban claramente definidos y donde la amenaza de la brujería estaba presente en la mente colectiva. En este contexto de miedos religiosos y represión social, Thomasin es un espejo de las tensiones y contradicciones de su tiempo.
Entre la Pureza y la Corrupción: La Dualidad de Thomasin

El personaje de Thomasin es un estudio en dualidades. Ella es al mismo tiempo inocente y curiosa, pura y tentada. A medida que la historia avanza, se enfrenta a una serie de dilemas morales y éticos que desafían su comprensión del bien y del mal. Estas decisiones, y cómo las toma, son centrales para entender la complejidad de su personaje.
Relaciones Familiares: Un Microcosmos de Conflictos
Con William, el Padre
El vínculo con su padre William es complejo. Thomasin busca su aprobación, pero también es consciente de sus fallos como líder de la familia. A través de su relación con él, la película explora las complejidades del patriarcado en un entorno puritano.
Con Katherine, la Madre
El vínculo con su madre Katherine es tal vez uno de los más conflictivos y ricos en matices. La desaparición de Samuel, el hijo menor de la familia, pone en tela de juicio la confianza entre ellas, y con ello, las dinámicas de poder en el núcleo familiar.
Con Caleb, el Hermano
Thomasin comparte una conexión especial con su hermano Caleb, que también se encuentra en una encrucijada vital. Ambos son el reflejo de las luchas internas y las ambigüedades morales que caracterizan a la película.
La Brujería y el Feminismo: Un Símbolo de Empoderamiento
La película utiliza el simbolismo de la brujería para explorar temas de empoderamiento y liberación, especialmente en relación con el género. Thomasin es a la vez víctima y agente de su destino. Su eventual “transformación” es un comentario poderoso sobre los límites y las libertades que las mujeres de su época podían experimentar.
El Final de La Bruja: Una Conclusión Abierta a Interpretaciones
El final de la película, sin entrar en detalles para evitar spoilers, es tan ambiguo como el personaje de Thomasin. ¿Es un final feliz o trágico? ¿Es una liberación o una condena? Cada espectador puede tener su propia interpretación, lo que añade otra capa de complejidad al personaje.
Thomasin es uno de esos personajes que trascienden la película en la que aparecen para convertirse en íconos de una generación. A través de una actuación magistral de Anya Taylor-Joy y una dirección impecable de Robert Eggers, Thomasin se ha convertido en un símbolo de la lucha contra la opresión, la ambigüedad moral y el empoderamiento femenino.